¿ Recuerdas?...yo miraba la luna desde la terraza
junto a su estela de luz dibujada en las aguas
Tu estabas detrás, escondida y silenciosa
cobijada en la oscuridad, invisible y sin palabras.
Embriagada de luna y de mar, me sorprendió
tu presencia ausente, enmudecida y extraña.
Nos dimos un abrazo de buenas noches...
El deseo no encontró el camino y se perdió
en la distancia, no hubo palabras ni gestos.
¡ Qué pena, de velada perdida!
El entorno presagiaba una vivencia de un romanticismo
placentero, de pasión y ternura que quedó en
una nada confusa.