Un pájaro sale del nido para emprender su primer vuelo, cuando extiende las alas, el viento lo eleva y se expande libre. En el momento de abandonar el árbol cae una hoja dando círculos de tristeza por el primer y último abandono . La hoja se desliza despacio por un pequeño riachuelo de aguas transparentes. Una libélula de tonos azules brillantes cansada de tanto vuelo y libertad posa sobre la hoja y se deja llevar por la corriente. La hoja tropieza con una piedra y la libélula descansada sigue el camino del vuelo libre, perdiéndose en la primera claridad de un nuevo amanecer. En la gran ciudad se insinúa una silueta en una habitación oscura, tiene la mirada fija en un teléfono esperando una llamada que nunca llega, pero no desespera, esperando el ring de tono suave, no gusta de los fuertes ruidos, ama el silencio. En la sala entra la primera luz de un nuevo día que penetra un poco más tarde por los edificios que la rodean. Una mariposa blanca nocturna emprende el vuelo hacia la oscuridad, pero una gata rauda, veloz y ágil lo impide con su zarpa. la mariposa con una de sus alas heridas espera quieta y aterrada la oscuridad para poder huir, la gata la mira sin perderla de vista esperando que emprenda el vuelo para volverla a cazar. La silueta que espera la llamada que nunca llega ha tenido un sueño..."Un beso andaba perdido buscando unos labios que no encontraba, despertó justo en el momento que los descubría". El deseo de quien espera la llamada hace tiempo que duerme en un lecho de hielo.
El árbol donde anidó la madre del pájaro que dio su primer vuelo espera que otra ave haga en en él su nido. El riachuelo de agua transparentes espera otras hojas donde reposen las libélulas. La piedra espera el contacto de otra hoja. La silueta desdibujada en la habitación oscura la llamada que no llega.
EL sueño espera que la próxima noche los labios se encuentren en un largo e intenso beso apasionado y el deseo espera un milagro de pasión encendida que derrita el hielo para volver a renacer de nuevo.