El Níscalo y la Amanita Muscaria
En un pequeño bosquecillo del Montseny en pleno otoño y con un suelo alfombrado de hojas y pinaza, se hallaba un níscalo camuflado medio adormecido que desperezándose bostezaba con los primeros rayos de luz del amanecer. Formaba parte del conjunto de tonalidades cálidas y un colorido terroso y por ello se sentía parte del pequeño universo otoñal de ocres y dorados. A unos metros de distancia se hallaba una amanita muscaria, se la veía de bien lejos por su tono rojizo chillón y sus manchas blancas. Era espigada y con un tono arrogante, engreído y prepotente ironizaba con el tranquilo níscalo acabado de despertar.
” Apenas se te ve y bostezas de puro aburrimiento” así nadie se fijará en ti, sólo me mirarán a mi y seré la gran protagonista de este bosque porque soy bella, la mejor de este lugar tanto como perfecta porqué el veneno que poseo me aleja de cualquier peligro de que me arranquen, se me lleven y me utilicen como alimento, estos seres tan imperfectos que son los humanos.
- Mira Amanita Muscaria, respondía el níscalo, cierto es que destacas en este bosque y que a mi manera de ver desentonas y rompes con la armonía del paisaje, eres bella, lo afirmo, te miro, lo veo y lo reconozco. Pero mi felicidad está en todo lo que despierto y remuevo en torno a mi búsqueda. La gente madruga para venir a buscarme, tienen la posibilidad de ver la belleza de un amanecer, se reúnen, quedan y se ilusionan. Cuando me encuentran escondido entre las hojas y la pinaza me acogen con voceríos de felicidad y sonrisas de satisfacción, me arrancan con cuidado para que vuelva a renacer de nuevo. Me llevan en bonitos y artesanos cestos de mimbre con un lecho de hierbas del bosque, me muestran con orgullo y comparten alegrías y admiración y esto me hace feliz.
- A ti la gente solo te mira por tu belleza, pero nadie se acerca demasiado tienen miedo de tu veneno, claro que hay algunos descerebrados que te utilizan para evadirse con rituales peligrosos con riesgo de muerte. Así que tu belleza esconde una agresividad letal y yo no presumiría nunca de tal condición escabrosa para mis queridos seres, estos humanos que tu defines como imperfectos, yo los amo y a ellos me ofrezco.
- Esto me hace pensar que curiosamente así como el acebo y el galzerán arbustos rojizos como tú, están protegidos por la humanidad, de ti en cambio la gente se debe de proteger y es algo sabido por todos y todas. Me satisface e ilusiona pensar en la celebración del manjar que supone el alimento que soy y que va acompañado con buen vino, compañía y mucha alegría, en cambio a ti te espera la soledad ya que tu veneno te aísla y solo la madre tierra te acompañará hasta el final de tus días, que como madre se resigna a los efectos que causas con dolor pero con aceptación, así es aunque no debería serlo, desde el principio de los principios, en este mundo tan imperfecto, afortunadamente para ti, ya que si no lo fuera ni tan siquiera existirías.