miércoles, 1 de abril de 2015

Una jornada muy especial

Tuvo un triste sueño donde aparecían sus padres enfermos y ancianos, se levantó con un nudo de pesadez profunda en medio del pecho, y además con lumbago, salió de casa a paso rápido con una sensación de tristeza e inquietud. Cuando llegó al trabajo, al gran hospital, se sentía angustiada, en uno de los lavabos encontró en el suelo justo las pastillas que necesitaba tomar, resultaba increíble, pero tan real como que las cogió y se las puso en el bolsillo de la bata para tomar  una con el café. En el bar, una compañera que creía de vacaciones la abrazó como si hiciera siglos que no se veían , de estos abrazos que llegan bien adentro de los que llenan vacíos de tristezas, curiosamente se veían todos los días y tan solo se saludaban, el abrazo  la reconfortó mucho, era una persona de contacto y actualmente se daba bien poco, más bien nada. Al cabo de unos minutos  otra compañera salió del ascensor expresamente para darle un par de besos porqué se iba unos días fuera, y al mediodía su jefe, inesperadamente, se alegró de verla y como había ascendido, estaba radiante y feliz y le dio otro abrazo amistoso tan intenso como el de su compañera, mostrando una parte humana que ella desconocía y se alegró mucho por ello. Pensó que había algo especial que hizo que se dieran estas circunstancias un tanto extrañas, justo aquel día, primero de abril...y  todo no se acabó ahí, al salir del trabajo, acercándose al parque donde solía pasar todos los días  vio en un árbol una abubilla, era algo que hacía días que lo pensaba y deseaba, era increíble lo que veían sus ojos, hacía más de un año que no veía ninguna...se había aficionado a fotografiar a los diferentes pájaros que cantaban en la cima de los árboles, era algo que la relajaba y la hacía sentirse  bien y feliz. A pesar que iba muy despacio y procuraba no hacer ruido alguno, estas pequeñas aves eran asustadizas y solían alejarse con facilidad, era difícil captarlas en una toma fotográfica, además disponía de una cámara sencilla con un zoom más bien movedizo. La abubilla desapareció volando a lo lejos. Ella siguió en el parque y se sentó en un banco a tomar el sol y a escuchar el canto primaveral de jilgueros, verderones y otros que no tenía identificados. Cerca del banco había un pequeño charco de la lluvia del día anterior. En el charco vinieron, jilgueros, lavanderas y verderones a tomar un baño, disfrutó de lo lindo tomando fotografías de estos seres libres llenos de vida, canto y alegría primaveral. También vino la abubilla, muy cerca, estuvo allí acompañándola un buen rato. La naturaleza le había otorgado un buen regalo. Había un lenguaje muy interno quizás del corazón o de su alma que  afloró a nivel de piel y llamó a las otras almas que entendieron este lenguaje escondido...y hoy había conectado con el universo, y este con un guiño de complicidad le ofreció justo de aquello que necesitaba. ¡ Bendito primero de abril! un  día que no olvidaría jamás de los jamases, radiante de gratitud se emocionó...Uno de los pequeños entes con alas, en una de las fotografías parecía que  hacía un gesto de reverencia, quizá iva dirigido   al agua, o quizás a alguna ninfa que andaba por allí con poderes mágicos... de una cosa estaba segura, lo había leído la noche anterior..." La magia existe, solo hay que creer en ella y esperar a que se manifieste, a través del deseo o los sueños, que nunca deberían de perderse".