Se percibieron al unísono en un cruce de miradas inesperadamente. Primero fue una silueta estilizada, después una sonrisa vestida de timidez, seguida con la tonalidad de una bonita canción a tres voces. Y llegó a casa con la imagen impregnada en su interior. Una vez en la cama hasta altas horas de la madrugada no llegó el sueño porque aquel estímulo de un enfoque deslumbrante se convirtió en puro desvelo . Pasaron los días, un par meses y llegó la primavera y con ella, la luz, el color y el hechizo anidaron en unos ojos, que no eran más que el reflejo de los suyos...y enseguida le vino a la mente una imagen, la luna llena dejando su estela en la mar como si de una abrazo a distancia se tratara, iluminándola con la distancia justa, la aproximada que habían insinuado sin hablar...
viernes, 20 de abril de 2018
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