Una lluvia de llágrimas la acercaron al dolor. Al otro lado del teléfono, gemía una voz que
reclamaba ser escuchada...- "la soledad me aterra no quiero perderte " .Empezaremos de nuevosin reclamaciones repetitivas, aprenderemos del respeto y manifiesto de nuestras razones particulares, tan válidas como desvalidas, dos seres que vacilan esquivando el péndulo del equilibrio. Las sombras se engrandecerán y las luces se esparcirán en la noche solitaria, pequeños destellos chispeantes brillarán para ser vistos y reconocidos, solo una mirada ,aunque ausente, justificará su presencia latente.Sin la del estridencia trueno, o el deslumbrante relámpago, la lluvia de lágrimas se hubiera apaciguado, o bien condensado en una nube gris levitando en una atmósfera contaminante.