domingo, 14 de marzo de 2010

Nos subimos a la barca


Nos subimos a la barca sin saber remar,
navegar ni ir contra corriente.
El agua contrariada, por la falta de empeño
nos devolvió a la orilla...
Cuando pisamos tierra firme,
nos tambaleamos por la sacudida,
el agua nos miraba, ironizando
la tierra se sentía contraída
y el destino no entendía nada.
La rutina, entretenida y burlona
nos esperaba en la esquina,
el viento nos envió un soplo
repentino, y acabamos dando tumbos
y siguiendo el camino de vuelta,
retomamos la rutina, como si nada
hubiera ocurrido, simulando
el menos común de los sentidos.