domingo, 14 de marzo de 2010

Nos subimos a la barca


Nos subimos a la barca sin saber remar,
navegar ni ir contra corriente.
El agua contrariada, por la falta de empeño
nos devolvió a la orilla...
Cuando pisamos tierra firme,
nos tambaleamos por la sacudida,
el agua nos miraba, ironizando
la tierra se sentía contraída
y el destino no entendía nada.
La rutina, entretenida y burlona
nos esperaba en la esquina,
el viento nos envió un soplo
repentino, y acabamos dando tumbos
y siguiendo el camino de vuelta,
retomamos la rutina, como si nada
hubiera ocurrido, simulando
el menos común de los sentidos.

2 comentarios:

amen dijo...

ocurre que si se suben dos personas en una barca, ambas tienen que saber remar y tener claro el punto hacia el que van, lo demás, como tú bien dices, es lo demás. Nos vemos en tu cumple, Africa va hacia Europa, jejeje.

pepitona dijo...

A veces la incertidumbre de lo que no se sabe puede incentibar a aventurarse. Siempre hay un día para aprender cuando las ganas de hacerlo te llevan al reto de superar un límite o cualquier aventura o situación, nunca es tarde si la dicha es buena. Teniendo en cuenta que el riesgo sea proporcional a la compensación de superarlo. Te espero con los brazos abiertos y una ilusión enorme.