viernes, 23 de abril de 2010




Pienso, digo y siento que el verdadero amor no está en poseer, retener o tener, si no en el sentir en la desmesura de lo posible, proporcionalmente a ser sentida en la misma desmesura. El hechizo y magia de la vida está en el despertar de los sentidos, cuando fluyen las emociones y el alma cavalga a sus anchas a través del corazón. Y es en este despertar que la sensibilidad asoma por la piel, la mirada, el tacto, el gusto y en el susurro de aquello que deseamos oír y al mismo tiempo intuir lo que la otra parte desea escuchar. El contacto enternece, la mirada reconoce, la comunicación ayuda y el saber escuchar es una muestra de respeto. El amor es algo tan sencillo como poder dar aquello que una le encantaría recibir.

3 comentarios:

Empar Díez dijo...

Preciosa definición de un sentimiento sublime, difícil, por cierto, de definir en palabras.
Genial como siempre.
¡Enhorabuena!

Movingtrips dijo...

Totalmente de acuerdo contigo

pepitona dijo...

Gracias a las dos, por la cercanía en el sentir, no hay distancia cuando la palabra une y en el camino de la comunicación fluimos y empatizamos. Un abrazo primaveral para las dos.