Ante la incertidumbre de lo inesperado quedó un frío silencio en la oscuridad. Un no saber que hacer, ni decir, una torpeza dada por la incomodidad de una situación fortuíta. El diálogo no acaecía no había palabras para definir tal proeza imprevista. Tampoco era la primera vez que un nudo de tristeza le oprimía el corazón . Dedujo que había ocasiones en que la incomunicación hería tanto como la indiferencia o la ignorancia emocional, sólo cabía un dilema entre miedo o negación que tanto le daban, recordaba que se le hizo una noche eterna, que la mantuvo paralizada sin poder huir aunque ganas no le faltaron. Tardó unos días en reponerse pero supo de antemano que nunca más pasaría por una situación similar , de hecho si hubiera tenido el poder de volver atrás hubiera sido tajante y rotunda. Pero la fragilidad emocional la había traicionado como otras tantas veces. Ahora más reflexiva y alejada por el paso del tiempo sabía que la contradicción humana puede hacer zozobrar a cualquiera y no siempre de la experiencia se aprende cuando intervienen las emociones y los canales o direcciones no convergen, o los bloqueos de lo aprendido no transcienden.
miércoles, 28 de diciembre de 2011
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2 comentarios:
la vida es riesgo e incertidumbre, a veces hay que tirarse de cabeza sin pensar que nos la podemos romper, porque también nos la rompemos pensando para enterrar las emociones sin ninguna recompensa. Un beso Pepa y hasta el fín de semana.
Tus palabras al igual que tus reflexiones siempre son bienvenidas, gracias mil hermosa, besos.
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