miércoles, 26 de febrero de 2014

añoranza



                                                       


                                                               

El silencio murmura su nombre
Un gran vacío habla de ausencias.
Luna de hielo, viernes de duelo.
Citas a ciegas buscando el deseo
ya no habrá dibujos en la piel
ni besos de miel...
en la búsqueda, el encuentro y la novedad
perdida hasta la saciedad...
El silencio murmura su nombre
y la noche sigilosa acunará un desvelo  de una  soledad
inesperada
 

jueves, 20 de febrero de 2014

DESAPEGO

 
 
 
 
 
 
Ante una muestra clara de insensibilidad, se le erizó el alma y una inmensa tristeza anidó en su piel. Se sentía débil y frágil como un pétalo de rosa seco, solo había que encerrarlo en una mano bien apretada para hacerlo añicos y desaparecer. La complejidad de las relaciones humanas la desbordaba. Primero una felicidad enorme ante el hechizo de una novedad , una persona totalmente desconocida y una ilusión enorme por descubrir. Sensaciones de renovación, estímulos, desvelos, poesías, un sin fin de anhelos por vivir. Al cabo de un tiempo una realidad aplastante venía a mostrar aquella imperfección colectiva, nadie se eximía de ella. Podía aparecer en todas las formas conocidas: decepción, desconfianza, diferencias sutiles o no tanto, desequilibrio en el dar y recibir, falta de compromiso como la infidelidad o cualquier desavenencia rutinaria. Recordaba aquella frase:" Después de la tempestad viene la calma". En cierta manera venía a decir, la ceguera motivada por la revolución de los sentidos era algo efímero, la calma, era el período  del asentamiento, de  la aceptación del quedarse o irse, aunque a veces la comodidad o el miedo a la soledad solían ser traicioneros  con el inconveniente del autoengaño con justificaciones inverosímiles. Ahora venía el período difícil...Pensaba que la mejor manera sería abrir el corazón y como quien abre la jaula de una pájaro aprisionado...decirle:" Vuela, vuela bien alto buen amigo de mi existencia, abre bien las alas, llénate de color y vida  que has nacido para vivirla y disfrutarla". Una vez liberado el corazón, ya no tendrían cabida más jaulas ni dolor, solo libertad y  buscar a aquellos que la quisieran compartir al unísono de los latidos, acompasados como el sonido de un reloj...tic, tac...sin desajustes de contacto...tic, tac... mostrando el paso del tiempo con sus aciertos y desaciertos, aventuras y desventuras.

martes, 11 de febrero de 2014

Una mañana fría




Como cada día por la mañana y sin saber bien porque corría para coger el metro que pasaba a más tardar cada tres minutos. Con las prisas se le había caído el móvil y ni se había dado cuenta, afortunadamente una mujer joven y amable se lo hizo saber, tuvo la delicadeza de aguantar una de las puertas del bagón y con una sonrisa de buena gente le dijo...” lo vuelves a montar y ya está”. Era bella y su actitud lo confirmaba, se intuía noble y fue un buen motivo para alegrarle aquella triste mañana donde una actitud humana le hacía reconocer que lo positivo debe pervivir ante todo y sobretodo . Estaba viviendo una situación complicada, el duelo de una pérdida emocional, en presencia y contacto aun presentes por circunstancias diversas, por comodidad o quizá por miedo a una soledad desconocida, aun no había decidido marcharse. Una cita, dos o tres, a saber... no le habían salido bien y como actuaba por instinto y no por intuición se quedó sin desventuras con las que a su parecer intentaba saciar sus sentidos ávidos de placer corporal aun en plena efervescencia. Ella no , estaba viviendo una etapa de poca entrega, ya había dado mucho, demasiado y ahora necesitaba recogimiento, hivernar como una tortuga en su caparazón y bajo tierra, para resurgir en primavera y renacer de nuevo. El azar o este mundo tan pequeño como complejo hizo que una de aquellas citas le enviara aquella noche un mensaje...