En cada arruga de su piel
se percibían las huellas
del tiempo trazadas:
de risas y llantos.
alegrías y tristezas
soles y lunas
brisas y vendavales
quietud y tormentas
amores y desamores
Ilusiones y decepciones
veranos y primaveras
otoños e inviernos.
Y el espejo le iba
recordando día a día
el dibujo
de su vida en cada
pliegue de su rostro
2 comentarios:
precioso Pepa como me identifico contigo gracias por tu bonita amistad
Muchas gracias Lola, por andar por ahí y por esta complicidad vivencial que nos ha unido.
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