Hay gente que viene y que va como las olas del mar. Sólo quien conoce su
esencia las ama y las admira en el conjunto de su vaiven singular, las
olas tienen su propia vida. La belleza de la mar está en su amplia
diversisad de tonos y movimientos , Al amanecer con sus todos rojizos
dorados, verde y azul durante un día soleado, gris cuando el cielo está
nublado, y en el ocaso otra vez tonos rojizos dorados.. Respecto a los
movimientos, quietud, oleaje y corrientes. Si alguien
opinara desde la prespectiva de una mirada solamente o de la opinión
de otras las miradas, sin la información de profundidad en toda su
amplitud, tendrían una subjetividad un tanto confusa. Así sucede con las
personas, que vienen y van. Suelen quedarse las que poseen el don de
mirar desde amplias perspectivas como sería desde los objetivos de una
una cámara reflex , Teniendo la posibilidad de apertura desde un gran
angular con una amplísima visión hasta un zoom siendo de más concreta
visión. Siempre con la capacidad de un enfoque clarividente para
intuirla en su totalidad y espirítu, sin que nadie la pueda distorsionar
con una estrechez de miras.
jueves, 2 de marzo de 2017
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