reflexiones nocturnas

Quien se atreve a juzgar al otro por sus defectos o errores, es que no reconoce ni acepta los propios, o que pertenece al género de la robótica o simplemente al de la estupidez.

La prepotencia crea adeptos ávidos de poder o ambición, envidia a los pobres de espíritu,
incertidumbre al noble, tristeza al frágil, ira al justiciero e ironía al sabio.

La ironía no es más que un mecanismo ante :

la adversidad hacía lo incomprensible, la no actuación de lo evidente, o el temor al conflicto que genera una solución latente.

acerca la injustia e indiferencia

Ante la injusticia, se perciben tres cuestiones de conciencia : la de quien la vive, la de quien la provoca o la del mero espectador que la percibe sin inmutarse o implicarse. Quien la provoca suele mostrarse indiferente, quien la vive impotente y el que la observa sin implicarse, invidente.


Solo hay que vivirla en la propia piel o de un ser cercano, para saber el sin sentido de su existencia.

Ante la estupidez del propio reflejo, la indiferencia como espejo, no es más que una transparencia
en la mente del perverso.

premonición de un sueño

La dulzura se embelesó en tu miel

la ternura, navegó por tu piel

aun siento escalofríos

de tu presencia ausente...

Solo una complicidad sentida

hubiera bastado para sanarme.

Las palabras no fueron oportunas

anduvieron desveladas conmigo

toda la noche...y entre sombras

murmuré que abrazaran tu quietud y silencio

Al amanecer las envolví y las esparcí

entre las hojas caídas, escondidas

a merced del viento y del otoño amarillento