La dulzura se embelesó en tu miel
la ternura, navegó por tu piel
aun siento escalofríos
de tu presencia ausente...
Solo una complicidad sentida
hubiera bastado para sanarme.
Las palabras no fueron oportunas
anduvieron desveladas conmigo
toda la noche...y entre sombras
murmuré que abrazaran tu quietud y silencio
Al amanecer las envolví y las esparcí
entre las hojas caídas, escondidas
a merced del viento y del otoño amarillento
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