La primavera se hace entrever
el sol se pasea por mi piel
y la música por el alma
mi gatita me roza el pie
la siento y me acompaña.
Los amigos me llaman
y me felicitan,
una jornada festiva
de sol, quietud y compañía.
l
Caminaban en silencio observando la belleza del paisaje, la luz del atardecer, el silencio de la mar en calma. Una delante de la otra, poco a poco fueron acercándose hasta que las manos rozaron la piel erizándose al unísono. Era la hora en que el sol y la mar se aman, las gaviotas besan las nubes y la arena abraza el rastro de las pisadas de los amantes. La gran avenida de vuelta a casa les ofreció un extendido manto de hojas rojas y ocres. Bastaron unas palabras desafortunadas para romper el hechizo y la embriaguez de una preciosa velada.