En cada arruga de mi piel
hay dibujado el surco de una ausencia
¡Cuanto deseo perdido!
¡Cuanta sed no saciada!
y no es porqué no amara
si no porque el cauce
de la fuerza del amor
corría por sendas
de secano ,imposibles
de infiltrar ,impermeables
e imperceptibles.
La consciencia susurra: no erraste
abriste puertas herméticas
sólo que dentro había muros
infranqueables
y un laberinto de salidas
desapercibidas para
los que habitaban
en la otra parte...
sin dejar entrar
ni querer salir.
2 comentarios:
Preciosa, y yo añadiría que en cada poro de la piel los vientos de soledad provocan remolinos de todas las ausencias vividas y no vividas.
Entre ausencias y soledades un espacio para compartir vivencias donde la emoción se percibe para manifestar que estamos vivas.
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