domingo, 22 de enero de 2012

aprendiendo



Hay una luz intensa


y un reflejo que deslumbra


el sol reluce, el viento escampa


y el mar es un espejo inmenso.


A paso ligero hay dos que conversan


no es casualidad que hoy coincidan


de vez en cuando quedan


rompiendo rutinas asiduas de soledades.


Hay un tropiezo fortuito que irrumpe


inesperadamente, el bienestar se tambalea


por un instante, solo una reflexión apacigua.


Un pequeño detalle, o falta de sensibilidad


sin más importancia que una torpeza imprevista,


empequeñece la alegría de un corazón abierto


se encoge pero controla y no se angustia.


hace tiempo que aprendió a evadirse de lo ajeno.


Sonríe y piensa que la felicidad la constituyen


circunstancias y hechos y que por un instante


pueden cambiar como el viento a los veleros


o el oleaje y las corrientes...la contradicción


existe allende mares, horizontes y sensibilidades.


¿Quien puede cuestionar lo incuestionable?


ante la sencillez de lo más humano.



































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