Su amiga estaba escuchando la radio, le dijo desde la otra habitación que sorteaban entradas para ir al teatro, ella estaba tomando el sol en la terraza rodeada de macetas repletas de geranios en flor, le dió el teléfono de memoria invitándola a llamar y así lo hizo y sin pensarlo dos veces, la tuvieron en espera un rato hasta que le afirmaron que podían ir al teatro el miércoles 4 de febrero, curiosamente le llamó la atención semejante fecha porqué recordaba una mala experiencia justo en el mismo día del año anterior, la vida a veces era eso, borrón, tachadura y cuenta nueva, una de cal y otra de arena. Aunque hacía un frío invernal con copos de nieve incluïdos, fueron a ver la obra "Solo" del autor noruego August Strindberg, inmejorable interpretación de Marc Martínez, hablaba de la soledad, la contemplación y reflexión y de la madurez que comportaba quien sabía convivir con ellas. Curiosamente junto a las entradas les entregaron unas invitaciones para una coctelería donde había música en vivo. Eligieron vodka con maracuyá una perfecta combinación con música de los años 70, una preciosa voz acompañada por dos guitarras , que acabaron de amenizar la noche en buena sintonía, tanto en cuestión de empatía como en complicidad rieron a gusto compartiendo anécdotas de un pasado en común . Este año prometía en cuanto a buenas vivencias, acompañadas de un buen equilibrio psíquico, emocional y por lo tanto físico, se habían acabado por fin los factores externos, los excesos ajenos hasta la hartura y ya no quedaban residuos desestabilizadores, al igual que ocurría con la nieve en la ciudad era algo temporal tan peculiar como extraño y pasajero.
jueves, 5 de febrero de 2015
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