sábado, 24 de enero de 2015

Luna creciente

 De vez en cuando sin pensarlo ni esperarlo le venían unas palabras, le salían de dentro hacia afuera  eran como un susurro que pronunciaban  sus labios, se insinuaban  solas como si surgieran de su interior más profundo de la misma  esencia de su alma ..." te amo". No podía entender muy bien de donde, por qué ni sobre quien. Quizás era su inconsciente que le murmuraba un amor hacia ella misma, después de todo era lo más razonable según sus vivencias habidas y por haber. Recordaba la primera vez que oyó estas palabras, a los veintipocos años en una fiesta de amigos, alguien a quien conocía desde hacía algún tiempo  con una sonrisa preciosa y una mirada azul que recordaba al  mar y dulce  como ninguna, se lo dijo. Vivieron una relación estable  durante unos cuantos años. Un día le hizo saber que su actitud libre y la relación con los otros le dolía hasta el sufrimiento y no lo podía soportar y que había encontrado unos ojos tristes  para consolar . La separación le causó una gran tristeza y un  gran vacío y no  tardó mucho tiempo en encontrar alguien que había sufrido  la pérdida de una persona querida, justó por este hecho compartido nació otra relación. Hubo otras ocasiones y otras relaciones en un principio apasionadas con sus vaivenes emocionales de felicidad y sufrimiento . Otra donde la física y la química sin otras alianzas ni aficiones duró lo que una flor en  primavera. También hubo amores platónicos de imposible conexión y por este motivo duraderos, estimulantes a veces cercanos y  otras  en las antípodas ...Por último llegó uno  en forma de instinto, donde no tenía cabida emoción ni sentimiento solo un objetivo único, la búsqueda de un  placer infinito y al mismo tiempo insaciable e imposible de seguir...Quererse a sí misma era ante todo la mejor de las oportunidades que le ofrecía la vida en estos momentos. Tuvo un sueño donde un incendio llegaba y rodeaba su casa en la ladera de una montaña. Podía hacer dos deducciones, pasiones incontroladas, desmesuradas e imposibles de asumir y otra de depuración, cambios y un empezar de nuevo...la luna creciente del nuevo año le hizo ver este espíritu de expectativas renacientes, amarse a sí misma era sin duda la mejor de las opciones a seguir.

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