viernes, 20 de marzo de 2015

hechizo mágico en la catedral del mar

 
 
 
Esta vez el azar como otras tantas veces, o quizás el universo en el devenir  de un eclípse de sol anunciado, trazaron el camino que  la llevarían a la catedral del Mar, esta gran  nave referente gótica de belleza sin igual. En un inicio iba a ver un concierto de jazz, pero curiosamente estaban agotadas las entradas. Y paseando por la zona del borne dió con Sta Mª del Mar, entró  como solía hacer algunas veces, cuando disponía de tiempo  libre para meditar y se sentó en uno de los bancos de madera clara con algún dibujo tallado que tanto le gustaban. Los primeros estaban reservados, no tenía ni idea del evento que presupuestamente iba a ocurrir. No preguntó, se dejó llevar por el imprevisto de lo sorprendente que  bien seguro se trataba de algo agradable, lo percibía con los cinco sentidos. De pronto aparecieron jóvenes, chicos y chicas vestidos elegantemente de diferentes procedencias y lugares del mundo, así lo demostraban sus facciones y rasgos, resplandecía mucha belleza tanto exterior como interior en cada uno de ellos, daba la sensación que habían sido elegidos como mensajeros de la música, sus voces parecían venir desde el  mismo origen del sonido, donde debían residir: el espíritu, la paz, la felicidad y  el equilibrio del universo . Una mujer de pelo corto canoso tan elegante como armónica  en  gestos y en el porte  además de poseer  una delicadeza exquisita, se manifestaba cual si fuera  una actriz de teatro ,  parecía sacada de una escena  de  los años veinte, a lo garçon, así  anunció   al coro californiano de " La cañada higt school". El gran espacio repleto en arte por todos los rincones  de  su historia, también  de plegarias, rezos, tristezas y alegrías se impregnó primero   de una voz suave vocalizando y traduciendo con  el arte de una seducción femenina personificada ...la sintonía sincronizada cedió paso a voces celestiales con una vibración conjunta polifónica perfecta .  En aquel momento el tiempo se detuvo dando paso a una emoción colectiva, se percibía en el silencio y en las miradas vidriosas de cada una de las personas que pudieron   compartir este privilegio de los dioses... Si le hubieran pedido la realización de  un deseo, justo hubiera elegido esta vivencia que desbordaba belleza en todas las dimensiones conocidas . Era en la música, el silencio, la elegancia,  la armonía, el respeto y la belleza donde su mirada  y su alma se expandían hasta la culminación, y no era tarea fácil de hallarlos en conjunto ...pero  aquel   día de su onomástica tuvo el más bello de los regalos, totalmente inesperado y que guardó en la memoría de los momentos felices vividos.
 

 

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