domingo, 4 de octubre de 2015

Sesión de chi kung

 
 
 
 
 
 
Amaneció notando la presión atmosférica en cada músculo de todo su cuerpo. A pesar de ello empezó sus ejercicios gimnásticos de todos los días. Después del almuerzo, cogió el bastón, su apoyo para desplazarse en estos momentos y se dirigió muy despacio hacia el parque. Allí la esperaba un pequeño grupo de mujeres para hacer la sesión semanal de chi kung. Tan solo empezar, justo detrás de la maestra que enseñaba los movimientos, se percibió un movimiento en las hojas de un arbusto, era un petirojo curioso que se detuvo a mirar revoloteando por los alrededores. Más tarde una mariposa blanca posó en uno de los brazos de la maestra, estuvo un buen rato siguiendo los movimientos lentos, acompasados y rítmicos del chi kung. Y para finalizar un gallo negro con su cresta roja estuvo rondando por el lugar. En las alturas de los árboles se oían cantos de pequeños pajarillos jugueteando entre las hojas movedizas aun verdes, cuando acabaron después del ritual de abrazos cada una tomó su camino de retorno.

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