sábado, 9 de enero de 2016

Despotismo poco ilustrado

Ahora entendía porqué se decía que los whassaps eran motivo de malentendidos. No era un medio en que se sintiera cómoda y no hacía mucho caso de ellos, era más, cuando estaba con alguien  pendiente de un  móvil le causaba una impresión nefasta y además  pensaba que era una falta de respeto y atención hacia la persona presente, por lo tanto lo primero era lo primero y si habían ganas y un buen interés la comunicación directa era la mejor de las mejores ,habidas y por haber y sin duda alguna... Pensaba que si alguien le apetecía comunicarse o precisaba hacerlo lo más adecuado era llamar y antetodo un cara cara, siempre que existieran las buenas intenciones  por ambas partes y se diera una empatía mutua, sin compromisos, ni necesidad de excusarse, ni  de justificarse por el hecho de no estar cuando posiblemente se creía que se debería haber estado , o simplemente estar o por estar, entonces la excusa disfrazada  de sentido de culpabilidad se mostraba brava, bravísima y tomaba la dirección contraria que debiera, intercambiando los papeles y hacíendo estragos justo  a quien no tocaba por tontería o permisivad, factores indispensables para que se dieran ambas situaciones . Todo vino a cuento porque  días atrás había tenido dos experiencias muy desagradables que la habían incomodado  y conmocionado bastante, por no saber decir" No". De antemano habría sufrido las consequencias y se había sentido realmente mal . Era momento de plantearse en alejar aquellas personas que a pesar del tiempo en que se conocían y de una implicación emocional antigua y caduca  ya no le aportaban ni importaban demasiado, por no decir nada . Se dio un proceso de decepciones acumuladas, de situaciones incómodas, de diferencias manifiestas, de lejanía, distancia y dejadez,  todo en conjunto hizo que al final se dieran tanto una  falta como pérdida de confianza y al mismo tiempo también de  estima. A pesar de estos sentimientos había cedido en ambas situaciones en quedar, no sabía por qué , o sí, por una  deficiencia de  autoestima y de amor propio , reconociendo que al poco tiempo de verse le vinieron unas ganas enormes de dejarlas plantadas allí mismo, por despotismo, cosa que no hizo,   y en consecuencia   le quedó un mal cuerpo y una rabia por no saber decir:"No os soporto ni aguanto, tanta altanería y soberbia me resultan insoportables por impresentables , inaguantables y mezquinas". Meses atrás, en un encierro involuntario en casa por motivos de salud, había sufrido un triste ninguneo junto a un olvido e indiferencia de dichas personas que ya no podía citarlas como amigas, no eran merecedoras de este rango afectivo, curiosamente sin conocerse entre sí, tenían muchas cosas en común, entre otras, se mostraban tan egocentristas como narcisistas, padecían  una deficiencia emocional , poca dosis de humanidad y poca humildad y  un firme  radicalismo en cuanto a  sus opiniones, difícilmente y a menudo se podía llegar a un hilo conductor, de hecho no se podía, era como si su opinión estuviera por encima de las demás, rebatirla era llegar a un discusión  o enfrentamiento porqué lo suyo iba a misa y encima con una ironía ¡de ahí te quedas! de una superioridad aparente que no mostraba ninguna intención de entendimiento, a no ser,  de ceder a su dialéctica facilona donde no tenía cabida la emoción, para ella inexistente. No atendían a razones, a no ser las suyas propias, la razón siempre era unidireccional y no había más que hablar, por lo tanto si una no les seguía el juego, o bien  se enfrentaba o bien optaba por  desistir, ya que no valía la pena perder ni tiempo ni energía y por descontado disgustarse por ello, curiosamente se percibía una contradicción entre sus vivencias y convicciones, otra coincidencia entre las dos . Ahora con el traspaso de año había decidido hacer cambios de actitud, se reconocía frágil emocionalmente y ante este despotismo tan poco ilustrado no sabía reaccionar al momento; la sensibilidad e incompresión la dejaban muda, se quedaba sin recursos y cuando llegaba al límite explotaba como una botella de cava o un balín de compresión, de signo de fuego, era  tan impulsiva  como apasionada y fácilmente alterable, esto la hacía vulnerable, y ambas lo sabían aprovechándose de las circunstancias ... ¡le había sucedido tantas veces!..ahora era cosa de intentar evitar estas situaciones y a estas personas que mirándolo bien le importaban bien poco y además no tenían ni un apéndice que ver con ella ni con lo que realmente buscaba de la gente ,la frialdad la dejaba helada y no la quería para nada, la rechazaba como quien ahuyenta a los malos espíritus. Quizás, buscando una explicación de su pasado, reconocía cierta torpeza en dicha elección y en el aguante en sí, posiblemente  tiempo atrás buscaba compañía y huía de la soledad sin conseguirlo ya  que este tipo de relaciones no acompañaban,  ahora no era el caso, se había acostumbrado a estar sola y cada vez se sentía mejor con ella misma y con el encuentro de personas y amistades que a pesar de pequeñas diferencias siempre estaban allí y el intercambio era enriquecedor y equitativo, pensándolo bien, ahora las valoraba más que nunca. Había compartido unos días con unos amigos en el Pirineo lo había pasado estupendamente y la convivencia con la buena gente, sencilla, humana y asequible cerca del fuego hogareño era como volver a la infancia y sentir el calor  y  la cercanía de una familia bien avenida, una buena manera de finalizar el año y de comenzar otro con la intención de superar diferencias y sobrevivir con la consciencia tranquila de buscar lo mejor y más satisfactorio para ella misma.

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