Hoy me ha venido a la mente mi querida abuela Rita, nacida en Riells del Montseny en una casa aislada en medio de un bosque, ahora pienso que tenía algo de bruja, eso decían de muchas mujeres nacidas en parajes agrestes de diferentes lugares. Vino a Barcelona a la edad a los 11 años huyendo del mal trato. Nunca pudo ver ninguna imagen que reflejara violencia y agresividad, ni en la realidad, ni en el cine ni en la televisión y si la veía se rebelaba y en caso real intervenía amonestando a quien agredía. Alimentaba a gatos y gorriones que venían a nuestro jardín, los gorriones comían pan mojado de su mano. No sabía escribir pero tenía un gran dominio de todas las hierbas que curaban, era creyente y muy trabajadora y para todos sus nietos se entregaba como una buena madre. Practicaba el esperitismo, hablando con sus difuntos, confiándonos a su protección, mensaje que recibimos todos los días. Según ella, nos hacía creer que estábamos protegidos de todo mal. Y recuerdo muy bien que una familia vecina compró nuestra casa, antes había sido nuestra. Y después de varios intentos de querer desahuciarnos, del que había sido nuestro hogar, fueron muriendo, el padre de una enfermedad de pulmón, la madre del corazón, el hijo de un accidente de avión propio, el día de su primer vuelo, y otro hijo se fue sin aparecer nunca más. Cuento esto después de haber tenido un sueño esta noche donde alguien que había hecho mucho mal, moría de muerte natural, pero no quedaba muy claro. Me he despertado creyendo en una justicia superior, y he recordado a mi abuela que seguro que algo de bruja buena tenía. Invoco a todas las brujas que seguro que existen, que utilicen la fuerza mental para que nos libren de todo mal, ahora más que nunca necesitamos su poder benefactor.
lunes, 20 de noviembre de 2017
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