Cual una amazona valerosa e intrépida asumió la pérdida de su seno sin complejos
se miró al espejo y vió el espititu de una de sus antecesoras guerreras reflejado en él.
Invocó a Artemisa, y se hizo dibujar un símbolo de libertad, en el vacio de la piel sedosa,
en un asomo de intimidad cómplice, me mostró con orgullo su obra...
Mujer valiente, de artes, y de palabras te invito al púlpito donde ascienden las invencibles
Amazona intemporal, dibujaste en mis labios una sonrisa, y en mis ojos destellos de
admiración.
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