Aireando mi sutil orgullo me pierdo en la cálida lentitud de la ternura.
Busco una mirada cómplice, que brille por mi presencia
Un deseo primaveral que aflore a la luz de las velas,
un mar de luna en la oscuridad de la noche, un baile sin música,
un ritmo de encuentros al compás de las sombras,
un ritual de asomos, destellos chispeantes de emociones vividas.
Hoy la soledad es mi aliada, y la indiferencia mi enemiga.
En la rendija abierta de mi ventana, de noche entra una suave brisa
que airea mi orgullo sutil, de sentirme feliz conmigo de mi misma.
En el espacio hay miles de estrellas que brillan con luz propia
y a pesar de su belleza única...hay quien ni las mira.