lunes, 11 de enero de 2010

la arena y el mar


La arena que el agua rechazó, hoy ya no está triste

ya no llora, ahora puede oír el canto de las gaviotas

y sentir la calidez de un rayo de sol.

No quiere recordar la tormenta furiosa

que lo apartó de su morada azul...

Ahora, desde fuera, contempla el que fue su refugio

y la riqueza de vivencias que con él compartió.

3 comentarios:

Movingtrips dijo...

precioso, eso es ánimo, como debe ser

pepitona dijo...

Loa ánimos como las palabras son compartidos. Deberíamos tener siempre la inteligencia emocional para superar las pérdidas y aceptar no ser correspondidas, igual que nosotras mismas rechazamos y no correspondemos. Es ley de vida y por tanto es algo habitual que nos trae la vida misma y la complejidad del comportamiento humano.

Movingtrips dijo...

Pues si, tienes toda la razón