ya no llora, ahora puede oír el canto de las gaviotas
y sentir la calidez de un rayo de sol.
No quiere recordar la tormenta furiosa
que lo apartó de su morada azul...
Ahora, desde fuera, contempla el que fue su refugio
y la riqueza de vivencias que con él compartió.
3 comentarios:
precioso, eso es ánimo, como debe ser
Loa ánimos como las palabras son compartidos. Deberíamos tener siempre la inteligencia emocional para superar las pérdidas y aceptar no ser correspondidas, igual que nosotras mismas rechazamos y no correspondemos. Es ley de vida y por tanto es algo habitual que nos trae la vida misma y la complejidad del comportamiento humano.
Pues si, tienes toda la razón
Publicar un comentario