jueves, 6 de octubre de 2011

paseo de sirena











Dormía en un lecho de algas

acompañada de conchas enamoradas,

cansada de mar, de olas y de rocas

se desprendió de escamas

Un amanecer le pidió al sol

que la acercara a la orilla de la playa

con la promesa que al atardecer

volvería a su hogar marino.

Anduvo paseando por la orilla

regalando miradas y sonrisas

en los ojos llevaba un poco de mar

en la sonrisa la sal, y en su piel

los tonos rojizos del ocaso...

Una mujer quedó prendada de su belleza

pasó largo tiempo esperándola, no volvió.

De vez en cuando regresa a la misma playa

a la misma hora, y justo al atardecer,

cuando el sol cruza el horizonte, recuerda

con nostalgia la sonrisa de su mirada

y es en el olvido donde reside su añoranza.
































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