Nunca le habían gustado las plantas en casa, tenerlas suponía un esfuerzo inmenso y en cuidarlas como merecían se reconocía una verdadera calamidad ante la sensibilidad por estos seres vivos que consideraba de adorno y que nunca les había prestado más atención que la justa y no entendía quien las cuidaba con esmero y mimo , la verdad que le resultaba extraño su dedicación. Hacía tiempo, no recordaba quien ni cuando, se le habían traído como regalo, primero la regaba a menudo después poco a poco fue olvidándose de alimentarla hasta que se fue marchitando y cuando ya estaba seca y apenas viva la dejó abandonada en la calle, algunas veces por la noche la regaba con el agua que había sobrado del último vaso , después de varias copas bebidas sumido en un estado de embriaguez asiduo.Una mujer de edad, se fijo en ella y la recogió, la podó, la regó, le puso música , le hablaba todos los días, le susurraba cosas bonitas, canciones melódicas, y con cariño fue cortando todo aquello seco, le dedicaba un tiempo absoluto diariamente. Al poco tiempo fueron asomando los primeros brotes verdes, después asomaron capullos rojos hasta convertirse en una flor bellísima, brillante y exuberante. Un día su antiguo amo se fijó en ella en un paseo mirando un jardín cercano a su casa y le recordó a su antigua flor marchita que había abandonado, preguntó por ella y la mujer le dijo que la había encontrado en la calle, medio muerta y abandonada se la había llevado para curarla, protegerla y salvarla, y ahí estaba la prueba, sana, radiante y brillante de tanto agradecimiento y dedicación. El antiguo amo le rogó que se la devolviera que no hacía otra cosa que pensar en su flor, su perfume y fragancia, echaba de menos su presencia, que se había dado cuenta que al verla tan radiante y hermosa le pertenecía y la quería con él de vuelta a casa. La mujer que la había recogido, cuidado con cariño y sensibilidad se quedó tan sorprendida que no supo reaccionar y ante una honradez innata y ante el rechazo al conflicto cedió, sabiendo de antemano que no tardaría en un nuevo estado de dejadez, solo cabía esperar, lo que no sabría si alguien como ella volvería a encontrarla para recuperarla de nuevo con todo su potencial de hermosura actual, por el simple hecho de un cuidado adecuado desde el primer día hasta el último, sin perder la dedicación diaria para mantenerla viva.
miércoles, 28 de marzo de 2012
renacimiento de una flor
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