Una crisis de impotencia por una pérdida irrecuperable le hizo sacar su parte más oscura de entre los grises que poseía, no se le conocía otra gama. Supuestamente y en sentido figurado el color reflejaba la emoción positiva y el gris y el negro simbolizaban las emociónes negativas donde manifestaba: obsesiones, agresividad y un rencor infinito con ansias de castigo y venganza. Le acompañaba tambien una impertinencia poco tolerable que afloró con insistencias concurrentes, llamadas obsesivas con el único sentido de culpabilizarla de todo y por todo, que no le llevaban a ningún lugar ni sacaba beneficio ninguno, solo incordio y reacciones de inconformidad a su alrededor. Claro que los más próximos conscientes de la poca transparencia en su actitud un tanto enfermiza, por obsesiva y monotemática optaron por miedo a enfrentamientos y por la sin razón conductual o por una comodidad ingenua, a seguirlo y simular justificción, no se vislumbraba otro remedio ni otra alternativa si continuaban a su lado, aunque fuera por egoísmo o interés o por compartir el mismo espacio. La valoración y repercusión de dicho impetú en manipular, era algo a los que tenía tan acostumbrados que ni por asomo y por su propia juventud podrían tomar consciencia ya que lo habían mamado a parte de la leche materna, desde su tierna infancia con toda la inocencia que conlleva la falta de experiencia y por lo tanto la fuente más certera de conocimiento. Ella, conciliadora, reflexiva y poco dada a las discusiones, su fue porqué no podía más, sin pensar de manera muy clara su decisión aunque la compensación había sido de lo más favorable, ahora después de toda una vida de despechos y réplicas con retahílas que prometían persistir una eternidad y podían acabar con la paciencia del mismo Job.¡ Por fin ! había encontrado paz, tranquilidad, seguridad, amor y ante todo una autoestima que desde que vivió con él tenía olvidada. Tambien había encontrado el consuelo y animación en nuevas amistades que habían pasado por su misma situación y que le habían sido de una gran utilidad para entender su pasado y estancamiento durante tantos años. Curiosamente todo fue por casualidad y sin saberlo él había provocado ,sin intención de hacerlo, el hecho que apareciera la gran oportunidad para que ella por carambola diera con una cita... Como dice una de las canciones más bonitas de Serrat." Fue sin querer, es caprichoso el azar, no te busqué ni me viniste a buscar, estaba yo donde no tenía que estar y pasate tú sin querer pasar".... La madre de ella, una gran señora sabia y paciente dio su opinión. No podía entender su resistencia ante un salvagismo incontroloado, de golpes y objetos rotos, insultos, falta de respeto y ausencia sensibilidad durante tantísimos años compatible con un mal trato ahora afortunadamente reconocido como psicológico, respecto a los hijos asintió, " Ahora son demasiado jóvenes para entender , un día posiblemente se darán cuenta de su gran error, quizás sea demasiado tarde y el dolor causado por la distancia e indiferencia les rinda cuentas o no, paciencia hija mía, has hecho lo que debías, les has dedicado media vida y la que te resta a partir de ahora una vez ya crecidos y autosuficientes, te pertenece a ti y mereces ser feliz y así lo deseo con todo mi corazón". El destino estaba marcado y como bien dice la sabiduría popular con sus refranes inteligentes, a cada cerdo le llega su San Martín y esta vez deseaba que así fuera por justicia y convicción, por todas las lágrimas derramadas y sollozos sin consolación...Ella no los había educado para que reaccionasen así, los creía con más personalidad y emocionalmente más maduros, para saber discernir sin manipulaciones de ningún tipo, ni de su mismo padre que estaba dispuesto a perjudicarla alejándola de sus hijos y dañando su imagen pública pregonando intimidades a personas que de alguna manera u otra tenían relación directa con su trabajo. Entender a algunos humanos a veces es una tarea harta difícil y evidentemente hay quien viene a este mundo con una negación y una ceguera para las emociones positivas que dan mucha pena y a veces un asco repelente.
martes, 18 de septiembre de 2012
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