sábado, 24 de enero de 2015

Luna creciente

 De vez en cuando sin pensarlo ni esperarlo le venían unas palabras, le salían de dentro hacia afuera  eran como un susurro que pronunciaban  sus labios, se insinuaban  solas como si surgieran de su interior más profundo de la misma  esencia de su alma ..." te amo". No podía entender muy bien de donde, por qué ni sobre quien. Quizás era su inconsciente que le murmuraba un amor hacia ella misma, después de todo era lo más razonable según sus vivencias habidas y por haber. Recordaba la primera vez que oyó estas palabras, a los veintipocos años en una fiesta de amigos, alguien a quien conocía desde hacía algún tiempo  con una sonrisa preciosa y una mirada azul que recordaba al  mar y dulce  como ninguna, se lo dijo. Vivieron una relación estable  durante unos cuantos años. Un día le hizo saber que su actitud libre y la relación con los otros le dolía hasta el sufrimiento y no lo podía soportar y que había encontrado unos ojos tristes  para consolar . La separación le causó una gran tristeza y un  gran vacío y no  tardó mucho tiempo en encontrar alguien que había sufrido  la pérdida de una persona querida, justó por este hecho compartido nació otra relación. Hubo otras ocasiones y otras relaciones en un principio apasionadas con sus vaivenes emocionales de felicidad y sufrimiento . Otra donde la física y la química sin otras alianzas ni aficiones duró lo que una flor en  primavera. También hubo amores platónicos de imposible conexión y por este motivo duraderos, estimulantes a veces cercanos y  otras  en las antípodas ...Por último llegó uno  en forma de instinto, donde no tenía cabida emoción ni sentimiento solo un objetivo único, la búsqueda de un  placer infinito y al mismo tiempo insaciable e imposible de seguir...Quererse a sí misma era ante todo la mejor de las oportunidades que le ofrecía la vida en estos momentos. Tuvo un sueño donde un incendio llegaba y rodeaba su casa en la ladera de una montaña. Podía hacer dos deducciones, pasiones incontroladas, desmesuradas e imposibles de asumir y otra de depuración, cambios y un empezar de nuevo...la luna creciente del nuevo año le hizo ver este espíritu de expectativas renacientes, amarse a sí misma era sin duda la mejor de las opciones a seguir.

jueves, 22 de enero de 2015

cinéfila hasta la médula

Le había gustado el cine desde siempre, le venía de familia, ya en la adolescencia solían ir  con sus padres y hermanas los jueves al cine del barrio donde pasaban dos películas. También recordaba que alguna vez  que no había ido a la escuela se escondía en uno de los  cines para evadirse y dejarse llevar por la fantasía de historias románticas donde el amor era el gran protagonista junto a los sueños. De las todas las películas que había visto últimamente tres le habían impactado y gustado especialmente. "Luna en Brasil", una historia biográfica de amor entre la poeta norteamericana Elizabeth Bishop y la arquitecta brasileña Lota Macedo en un entorno paradisíaco, un ambiente intelectual y una generosidad a raudales con las raíces  de fondo de un gran amor con sus peros y contras pero verdadero, de aquellos en que no se acepta la pérdida y el dolor que causa un final triste . En "Siempre Alice", el proceso de la enfermedad de Alzheimer refleja una de las peores enfermedades y en el transtorno que supone en una familia, la negación, el rechazo y el propio egoísmo del que no quiere ver más allá de sus prioridades, triste y real al mismo tiempo, una excelente interpretación de Julianne Moore con posibilidades de acceder a la candidatura de los oscar. La interesante biografía del Físico Dr.  Stephen Hawking: "Teoría del todo" interpretada por Eddie Redmaine, candidato casi seguro como actor principal al oscar de este año, había sido toda una sorpresa, una bellísima  historia de amor, perseverancia, inteligencia y unidad familiar ante una enfermedad degenerativa ( ELA) que sobrepasa todos los límites, el amor la base principal que rompe todas las barreras y pronósticos médicos. A la salida cine le vino la mente la canción de Luis Eduardo Aute...
cine, cine,
más cine por favor,
que todo en la vida es cine
y los sueños,
cine son.
 

martes, 20 de enero de 2015

Miradas





Miró al cielo, no había luna, la luna llena de enero se la había perdido en un estado febril de encierro forzoso, en la calidez de su refugio hogareño . Miró atrás y vio sombras distorsionadas de caminantes errantes, oía risas y pasos extraños de personas ajenas que se alejaban . Una niña de pelo rizado sonrió y le sopló un beso con su dulce mano con una seductora mirada inocente . Ya en casa el gato amigo de salud delicada gustaba de sus palabras cariñosas y se lo mostraba a través de una mirada felina de empatía comunicativa y la gata con sus grandes y bellos ojos de lechuza nocturna ronroneaba feliz por su contacto cercano,era suave y tierna como un peluchín. Todo estaba en orden y el pasado no era más que una margarita deshojada.Visualizó un pozo de aguas cristalinas donde sólo una imagen quedaba reflejada, emanaba luz, bondad y una paz reconciliadora de libertad y reconocimiento. Recordó el paseo dominical por el puerto con sus buenas amigas, en el cielo las gaviotas planeaban, una de ellas parecía que sonreía, tomó la  imagen, así veía la vida a sorbos de mar, de vida y de sal, con las alas bien abiertas mirando hacia adelante buscando la buena gente y ante todo la cercanía de un bienestar compartido o en soledad, pero siempre en equilibrio.

sábado, 3 de enero de 2015

Espiritu navideño

No le vino de nuevo  pensar para ella misma que tenía que trabajar la paciencia, la tolerancia y aceptar las diferencias tanto de las amistades, cada vez más escasas, como de la familia. Estas fiestas navideñas se lo habían recordado . También aceptar algunas pérdidas dolorosas, como la de un queridísimo amigo que se había ido a vivir lejos y en estos días  había pensado mucho en él  sintiendo una tierna añoranza, era una de las personas más bondadosas, cercanas y desinteresadas que había conocido nunca. Recordaba una vivencia muy tierna, especial y entrañable  que no olvidaría nunca, su compañía durante la larga noche de la muerte de su madre y como hizo lo que ella no pudo hacer por ella, con una ternura emocional impresionante que no se podía explicar en palabras, ella lo guardaba en la parte más profunda de su alma de hecho era lo que más valoraba en la vida, esto era amor real. Había pasado estas fiestas navideñas con una amiga de confianza, con la que compartía muchas afinidades y también contradicciones y muchas veces desavenencias con distancia incluida, pero tal y como andaban las carencias afectivas, y la poca proximidad de las personas en general era de agradecer.   Todo había ido muy bien, esta vez sin ningún problema, las fiestas navideñas eran fiestas de unión, fiestas de cercanía y buenas compañías. Cambiaron algún mueble de lugar, a su amiga le encantaba y a ella sabiendo de su buen gusto cedió complacida. Aquel fin de semana empezó a trabajar y su amiga se fue después. Le dejó una casa impecable, todo con un orden exquisito, las habitaciones cerradas, limpieza impoluta , plantas regadas y todo perfecto, cuidando con esmero a sus amados felinos que cada día recibían mimos y caricias envidiables, estaba muy contenta y así  se lo hizo saber. Comieron y bebieron exquisiteces,  también tuvieron largos ratos de silencio,  paseos por el barrio, lectura y escuchando música clásica, noticias  y viendo alguna película. Una paz, quietud y bienestar muy hogareños, con el frío glaciar de este invierno era lo que apetecía. La amistad, a veces era esto, y por ello quería sentir  una inmensa gratitud...había recibido infinitud de wassaps, algún msm y pocas llamadas, era lo que tocaba, soledad y distancia de una mayoría, lo complicado era la costumbre por la individualidad en la gran ciudad, donde tener confianza para convivir unos días con alguien que no fuera una pareja, era harto difícil, no se daba fácilmente, y esta vez lo necesitaba  más que nunca y se sentía feliz por haber cumplido sus expectativas. El inicio de año prometía paz, sintonía y buenos propósitos de madurez y estabilidad. Año Nuevo, vida nueva, así lo creía y lo  deseaba con todas sus fuerzas, había pillado un buen resfriado, lo vivía como  un añadido más ,un síntoma de limpieza integral. Vivir era una aventura sorprendente y un aprendizaje sin fin, a través de una misma, de los otros y la mezcla de ambos.