martes, 20 de enero de 2015

Miradas





Miró al cielo, no había luna, la luna llena de enero se la había perdido en un estado febril de encierro forzoso, en la calidez de su refugio hogareño . Miró atrás y vio sombras distorsionadas de caminantes errantes, oía risas y pasos extraños de personas ajenas que se alejaban . Una niña de pelo rizado sonrió y le sopló un beso con su dulce mano con una seductora mirada inocente . Ya en casa el gato amigo de salud delicada gustaba de sus palabras cariñosas y se lo mostraba a través de una mirada felina de empatía comunicativa y la gata con sus grandes y bellos ojos de lechuza nocturna ronroneaba feliz por su contacto cercano,era suave y tierna como un peluchín. Todo estaba en orden y el pasado no era más que una margarita deshojada.Visualizó un pozo de aguas cristalinas donde sólo una imagen quedaba reflejada, emanaba luz, bondad y una paz reconciliadora de libertad y reconocimiento. Recordó el paseo dominical por el puerto con sus buenas amigas, en el cielo las gaviotas planeaban, una de ellas parecía que sonreía, tomó la  imagen, así veía la vida a sorbos de mar, de vida y de sal, con las alas bien abiertas mirando hacia adelante buscando la buena gente y ante todo la cercanía de un bienestar compartido o en soledad, pero siempre en equilibrio.

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