domingo, 7 de junio de 2015

gato enfermizo




El sol lucía un claro día, la soledad tenía un tenue sabor a tristeza, la orquídea lagrimeaba hojas secas, perdiendo la brillantez de días atrás y la belleza exuberante del día que se la regalaron. Sentía una inmensa tristeza por el gato enfermizo con problemas continuos de malestar dijestiva, lo manifestaba con un maullido quejumbroso, al mismo tiempo iba dejando  restos desagradables dentro y fuera de casa...a veces el destino parecía decir que todo era un círculo y que era complicado salir de él un vez   después de haber  entrado por el error de un impulso maltrecho. Acarrear con la responsabilidad asumida era su sino, no podía hacer otra cosa, la implicación podía ir acompañda por el sufrimiento y no podía prescindir de ella la llevaba gravada en sus genes como el color de sus ojos, y muy a su pesar se enorgullecía de ello por la herencia de sus antepasados.

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