Después de una largo tiempo de soledad y reflexión fue a un encuentro de amigas en Huesca, le prepararon una preciosa excursión en tren para poder disfrutar y deleitarse de un bello paisaje otoñal con toda la variedad de colores ocres, amarillos y rojos de una exquisitez exuberante. Fue un fin de semana intenso en vivencias, recuerdos y sonrisas. La vida a veces ofrecía veladas llenas de alegría e ilusión. Lo divertido ocurrió después de la cena, que con una especie de monólogo narrando antiguas vivencias pudo transformar lo vivido y no deseado por algo cómico que hizo reir a las comensales, daba gusto ver como se reían juntas e incluso ella misma ironizando acerca de una realidad de hechos insólitos en las que se vio sumergida por haber negado una intuición femenina un poco despistada en su momento, se volvió a repetir en otro encuentro con otras amigas diferentes y el resultado fue el mismo. Las risas colectivas causaban un efecto rehabilitador en todas sus facetas que unían con unas ganas enormes de repetir.
martes, 3 de noviembre de 2015
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