martes, 23 de mayo de 2017




La música acarició sus almas errantes en un mundo hostil. Las palabras brillaron por su ausencia, cuando llegaron ya no sabían que decir y a borbotones ahuyentaron lo que estaba por venir. Quizá no era más que un presagio del destino de lo que nunca debiera ocurrir, o no estaba predestinado. Lo más curioso es que se dieron varios errores distintos y hubo un cruce de decepciones y como si de un coctel se tratara surgió una combinación de complicidades entre rupturas y encuentros. Y allí anduvieron unas y otras cada una en el lugar preciso que le correspondía: donde su nido, su soledad o en el escondite de sus fantasías o falsedades.

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