viernes, 11 de junio de 2010

dignidades

Tu dignidad anda escondida entre el polvo de las esquinas
detrás de una mutante indiferente a la caza de aliadas sometidas.
Caíste en su tela de araña de afrentas y discordias.
Está en cada lágrima derramada de sumisión e impotencia.
En la permisividad del control a la búsqueda de errores cometidos.
La mía anda en las acacias lilas donde los mirlos cantan
a la libertad , a la primavera y al amor.
Está en cada sonrisa que ilumina miradas complacientes.
En el agradecimiento de cada persona bien atendida,
en cada insecto superviviente que sale por puertas y ventanas
donde su pequeñez es un mundo ante las miserias que se arrastran.
En los abrazos y complicidad de los corazones que se manifiestan.
Llegaste a un puesto que clamaba injusticia, por todos los costados.
Los silencios solidarios aun se respiran en las alturas y en cada una
de las personas íntegras que no olvidan su imagen sonriente, su aplomo
su autoridad junto su bien hacer como persona humana de gran corazón
En la balanza de los errores perseguidos no se tambalea, oscila
en el desequilibrio de la ceguera cuando no se quiere ver,
oír, ni reconocer una verdad que clama razón a gritos justicieros
Cuando te mires al espejo y reconozcas la consciencia y justicia
tu dignidad recuperará su lugar y tu mirada la sinceridad que
volverá ha adquirir el brillo de la pureza de un alma en vilo,
que no supo imponerse a la frialdad de un conflicto reiterativo
donde nunca anidó la emoción y el buen sentimiento.
solo afrenta y desprestigio.

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