Te serví una copa de cava bien fría
la bebiste despacio, saboreando
cada burbuja con la intensidad
del buen gusto y te relamiste
hasta la saciedad...
cuando te ofrecí la segunda
la dejaste encima de la mesa
sin interés de repetir, simulaste
olvido, no hubo besos de despedida
cerraste la puerta despacio, sin ruido.
Vacié el contenido en la pila, y acabé
el resto de la botella fría, brindé por mí
puse una canción bonita, encendí una vela
y me dejé llevar por la embriaguez de tu ausencia.
Con tristeza y aplomo me quedé dormida.
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