viernes, 23 de noviembre de 2018

La mente es muy poderosa y si la acompañamos con buenos deseos y a la vez buenos pensamientos además de actitudes sanas, probablemente lo que nos rodea y sus circunstancias serán de por sí más satisfactorias, incluso a pesar de alguna adversidad inesperada. La experiencia junto con las vivencias de estos últimos meses me han hecho reflexionar y comprobar que así es. Mi proceso en el circuito protocolario de oncología ha sido contrario e inverso a lo habitual. Generalmente después de la cirugía, o antes, se pasa por la oncóloga, que te manda a hacer las pruebas protocolarias, el tratamiento adecuado y después te dirige a la enfermera referente y a la psicóloga y esta última a la terapia individual y de grupo, que justo es lo mejor de todo el circuito, sencillamente porque es donde se encuentra el apoyo, el acogimiento y puedes ver el proceso de quien está viviendo la experiencia, quien la ha vivido y el ánimo que te pueden dar junto con la gran complicidad de quien vive lo mismo que tú, en todo lo que acontece, acompaña muchísimo, ayuda a menguar suavemente los miedos porque todo lo compartido parece más leve, el hecho de comunicarlo y expresarlo, también ayuda muchísimo, diríamos que de todo el proceso es lo mejor de lo mejor. Es una inyección de una energía emocional que todo lo vale y te llena de positividad, siempre salimos eufóricas, las fuerzas se unen tanto a nivel energético como colectivamente, las mujeres tenemos un poder especial, estoy convencida. Justo mi fuerza mental que menciono al principio ,me ha llevado a empezar por la parte más bonita. No en vano, tengo que decir que ante el diagnóstico y la intervención pasó un mes largo de inquietud y mucho miedo, siempre con la compañía de mi hermana que me dio todo su apoyo...y un bonito sueño donde mi madre me decía que me venía a acompañar y a estar conmigo, un paseo por la playa que me dio toda la fuerza y me entregó muchas piedras en forma de corazón que fui guardando allí donde tenía la preocupación, con la meditación de sanar...y así hasta ahora, estoy mejor y más preparada para visitar la oncóloga y aceptar el tratamiento con una actitud para bien, por cierto, biznieta del Dr. Ramón y Cajal, (hoy bromeábamos con el grupo, por el ADN de sabiduría que conlleva este antecedente) A la Dra T.Ramon y Cajal la conocí años atrás cuando me visitaba con la Dra, Alonso, la primera oncóloga que tuve, de una gran prestigio y humanidad. Cuando salía de los controles procotolarios, siempre me decía..." Haga el favor de vivir la vida, tiene mucha suerte de poder vivirla". Cuando me dio el alta después de veinte años, me sentí un poco huérfana a nivel de salud. Entonces empecé a trabajar en ambulatorios, siempre rodeada de sanitarias hasta el día que me jubilé. Y entre mis amigas cercanas también tengo médicas y enfermeras, por algo será, digo yo,. También tengo buenas amistades en otros ámbitos, claro ,y el hecho de estar, es de una gran ayuda. Una inmensa gratitud, a toda la gente que me quiere y lo manifiesta,se preocupa y me apoya, a la vida, al universo y a su poder infinito en las pequeñas cosas y detalles que nos va mostrando día a día y a esta intuición femenina a la que hay que prestar mucha atención y creer en ella, me pongo por testiga de que existe, lo creo firmemente.



Muchas veces la generosidad no está en quien hace un regalo, sino en la manifestación de gratitud y reconocimiento de quien lo recibe. La gracia está en la sorpresa, si es que la hay, cuando es inesperado. No tengo por costumbre hacer ni querer regalos, sobretodo si son materiales, ya que solemos tener de todo y no es fácil coincidir en gustos. En el grupo de mujeres, las campeonas de Sant Pau, se ha creado una complicidad muy especial y ha coincidido en que en un momento dado me ha apetecido tener algún detalle justo porque al verlo me ha hecho pensar en estas mujeres que están, estamos, en un momento muy especial de recibir y dar amor, gratitud, cariño, risas, bromas,abrazos... un sin fin de , mucha humanidad en su esencia más bonita y cercana. Hay una de ellas que es mi angelita protectora,la bauticé así desde el primer día, por la impresión que me causó verme en ella a mi misma cuando se definía, le traje de Cadaqués ,un ángel de madera que llevaba un corazón... es todo corazón y su familia también, allí lo tiene donde más se ve en el salón. Otra de las mujeres, me vio unos pendientes rojos un día y me dijo que le encantaban, pero eran un poquito grandes para ella, le dije si veía unos se los los compraría. Justo los encontré en Cadaqués, también, de cerámica, rojos, más pequeños ,enseguida pensé que eran para ella. Sólo la alegría que le dio al verlos y en la expresión de felicidad después de una bajón debido al tratamiento, valió la pena la decisión de regalárselos, ya lo creo que la valió y el abrazo y los besos, de los que se daban antiguamente, bien apretados. Desde aquel día los lleva puestos. A veces la felicidad es esto, pequeños detalles y gestos que endulzan momentos tristes por las circunstancias ajenas que nos rodean. Por esto es muy importante la sororidad y dejarnos llevar por los principios más básicos que están y salen de nuestros corazones. Las corazonadas e intuiciones nos hablan muchas veces, lo que ocurre es que los bloqueos y el miedo de dejarnos querer a veces nos lleva a mal pensar que detrás de una manifestación de generosidad algo se tercia o alguna recompensa se busca.


Miro el buit




Miro el buit i li dic xiuxiuejant fluixet:

és temps d'estimar-nos

ara més que mai

ningú ho fará millor que nosaltres.

L'amor té altres portes

i finestres amb paissatges bonics.

Però ara és temps d'entrar a dins

perquè fora fa massa fred.

Els sentits perden protagonisme

la intensitat es troba en cada batec,

en cada abraçada, en el regalim de 

llàgrimes encomanadisses

i en les paraules que desborden complicitat, 

en persones que porten el cor a les mans

i també en els seus ulls riallers

que brillen com estels a la nit

en un cel d' allò més seré i bonic.



domingo, 4 de noviembre de 2018

Hay personas que es fácil de querer sin apenas conocerlas, tan solo un asomo de fragilidad y un gesto cercano hacen despertar todo el amor del mundo condensado en pequeños momentos de complicidad . Gente con ángel, no tienen alas, pero sus palabras te hacen volar y evadirte de la tristeza . La sensibilidad esconde sus alas invisibles y es a través de la comunicación muy expresiva que fluyen los afectos. Las detectas sólo observándolas en sus manifestaciones sencillas de aquello que sienten y lo exponen sin tapujos, ni temores,ni sentido del ridículo, suelen ser espontáneas y abiertas porque actúan de corazón y en cada latido fluye un gesto o una palabra que suelen acariciar, a veces exponen sus temores, otras sus alegrías, también sus iras e impotencia y su bien hacer ;una vez lo sueltan se quedan sin ello, así y a su libre albedrío para que cada cual se quede con lo que precise y deseche lo que no. Su envoltura desprende un aura de todos los colores, de hecho son arco iris individuales andantes. Pueden estar en cualquier parte, sobretodo allá donde se las necesita y donde hay carencias o quizá sufrimiento y angustia. Un día me sorprendió una de ellas al salir de un mal trance, su mirada luminosa y un abrazo de lo más acogedor cambiaron de sopetón mi estado de ánimo ante la adversidad de una tarde oscura de un día de otoño. Se lo hice saber y su mirada llena de emoción brillaba como una estrella, la que más luce de todas, así la imaginé...Gracias corazón, te llevo en el mío.