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Hay personas que es fácil de querer sin apenas conocerlas, tan solo un asomo de fragilidad y un gesto cercano hacen despertar todo el amor del mundo condensado en pequeños momentos de complicidad . Gente con ángel, no tienen alas, pero sus palabras te hacen volar y evadirte de la tristeza . La sensibilidad esconde sus alas invisibles y es a través de la comunicación muy expresiva que fluyen los afectos. Las detectas sólo observándolas en sus manifestaciones sencillas de aquello que sienten y lo exponen sin tapujos, ni temores,ni sentido del ridículo, suelen ser espontáneas y abiertas porque actúan de corazón y en cada latido fluye un gesto o una palabra que suelen acariciar, a veces exponen sus temores, otras sus alegrías, también sus iras e impotencia y su bien hacer ;una vez lo sueltan se quedan sin ello, así y a su libre albedrío para que cada cual se quede con lo que precise y deseche lo que no. Su envoltura desprende un aura de todos los colores, de hecho son arco iris individuales andantes. Pueden estar en cualquier parte, sobretodo allá donde se las necesita y donde hay carencias o quizá sufrimiento y angustia. Un día me sorprendió una de ellas al salir de un mal trance, su mirada luminosa y un abrazo de lo más acogedor cambiaron de sopetón mi estado de ánimo ante la adversidad de una tarde oscura de un día de otoño. Se lo hice saber y su mirada llena de emoción brillaba como una estrella, la que más luce de todas, así la imaginé...Gracias corazón, te llevo en el mío.
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