viernes, 25 de julio de 2014

lluvia de verano


 
 
Una mañana llena de sorpresas cotidianas, primero la visita temprana de la lluvia, acompañada de relámpagos y truenos, un buen presagio para sus plantas y para ella misma. La lluvia siempre era un símbolo de limpieza, tanto exterior como interior, si así lo quería imaginar y como el poder de la mente era poderoso   ponía toda su energía en ello. También vino su hermano con su positividad y un temperamento de una lógica poco frecuente pero que solía dar en la diana de lo razonable. Una mañana especial con detalles tan naturales como la vida misma y al fin al cabo las pequeñas cosas eran la base de la felicidad...la capacidad de adaptación ante los acontecimientos rutinarios y a la vida en sí, eran un recurso idóneo para la supervivencia...la soledad una excelente compañía y recordó una frase del libro que estaba leyendo de Bárbara Kingsolver..."Deanna volvió el rostro hacia el cielo y escuchó el bosque; esto era lo que Eddie había dejado tras de sí. La oportunidad de escuchar el trino de los pájaros al alba y peinarse sin que nadie la observara. Eddie le había dejado la  mejor de las piedras preciosas, el diamante de la vida solitaria"... así también lo sentía ella misma en este momento de su vida.


 

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