El silencio ya no murmura ningún nombre
la soledad no habla de ausencias
el espacio esparce libertad y descanso
Un aura de equilibrio enaltece lo interno
Paz, calma, orden y quietud
tan liviana como una pluma al viento
tan liviana como una pluma al viento
la soledad besa y susurra al alma:
"no hay mal que cien años dure"
la bondad despierta y bosteza
Los sueños a veces trajinan
inquietudes adormecidas
de un inconsciente que divaga
entre un bien deseado y un mal
rechazado por un pasado
lejano de una senda equívoca
despojándose de lo vivido
hacia un olvido
definitivo, sin sombras
turbias de egoísmos
infinitos
rechazado por un pasado
lejano de una senda equívoca
despojándose de lo vivido
hacia un olvido
definitivo, sin sombras
turbias de egoísmos
infinitos
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