Nos acercamos a la " Fira de sant Ponç". La calle Hospital se convierte en un mercadillo repleto de olores perfumadas a hierbas aromáticas, de colores vivos a través de frutas confitadas y miel. Las abejas son las grandes protagonistas por sus elaboradas mieles extraídas de los árboles en flor.
En la diversidad de los ciudadanos también se distingue el color. Indues ,sikhs, árabes, hippies, jóvenes antisistema con sus perros que siempre les acompañan, guardianes agradecidos por haberlos sacado de pequeños habitáculos como jaulas. Así es la ciudad cosmopolita y con actividades para todos los gustos. En el Arc del triomf encuentro de meditación colectiva"Thich Nhat Hanh "y en Monjuïc el espacio de Biocultura. En la escuela de la Salle un fin de semana de celebración de 125 años de su existencia, donde trabajadores, en activo y jubilados, alumnos y ex-alumnos se reencuentran. Un buen día para pasear y sentir el privilegio de vivir en una ciudad abierta al mundo y a la gente que la quiere compartir sin tópicos falsos de segregación.
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