lunes, 19 de mayo de 2014

renacimiento





Volvió a coger la bola de cristal envuelta en un pañuelo de seda rosa, esta vez con predicciones de futuro inmediato. Puso ambas manos encima y enseguida percibió superficialidad, sobresalía por todo el entorno. También un gran desorden de vida y de tiempo no se percibían emociones solo manifestaciones primarias de descarga, una actitud sombría, se sucedieron conexiones extrañas cibernéticas sin comunicaciones expresivas no había sentimientos ni se percibía sensibilidad ninguna ,mucho movimiento reflejo y largas esperas, mensajes intempestivos, montajes de fantasías justificadas para saciar impulsos de una perversidad tan simulada como escondida . Un gran espacio de vacío. Vio también un final definitivo y aquí si que pudo ver una gran manifestación de alegría de muchas personas que sonreían y la abrazaban, solo ahí se vivía mucha emoción manifiesta, desbordaba. Se vio a ella como un puente de madera encima de un río. Justo lo que había sido, un espacio para poder acceder a la huída causando una gran confusión entre encuentros y citas con excusas banas . El puente se rompió y el final era previsible e imposible de volver atrás, aunque el puente resistió mucho tiempo antes de y caer y ceder hasta romperse derrumbándose hacia el vacío. Cuando terminó la sesión la bola cristalina se le escapó de las manos y se rompió en mil trozos, hechos añicos ...La predicción era clarísima, una ruptura definitiva anunciada a los cuatro vientos, como testigo: el canto del mirlo en primavera, que se le oía desde el amanecer hasta la puesta de sol, un himno de libertad y renacimiento.

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