domingo, 4 de mayo de 2014

Corazón escultural de roca y de mar

Cuando llegó al pueblo cercano de Garraf donde sus padres la llevaron por primera vez a ver la mar  y a tomar su primer baño de contacto, recordaba perfectamente y con claridad que hicieron la ruta   con una moto con sidecar. La primera impresión que tuvo  de ver la inmensidad azul, fue la de temblar de emoción y cuando su padre la acompañó al agua, seguía tiritando de miedo e inquietud ante algo desconocido a nivel de sensaciones. Como si se tratara de un ritual la sumergía y la levantaba y así unas cuantas veces, se sentía protegida y contagiada al mismo tiempo por la ilusión manifiesta de su padre. Cuando se percató en su nuevo reencuentro después de más de cinco décadas, al ver la  cala guarnecida por un enorme corazón formado por dos rocas dentro del agua se impresionó muchísimo de nuevo, pensó que era como un homenaje, quiso desear que así fuera  en estos momentos de una incertidumbre emocional de tensiones acumuladas. Era una manera de reafirmarse en que visualizaba un reflejo de  una imagen bondadosa, sabía porqué se lo habían dicho, que tenía un gran corazón, los primeros en decirlo fueron sus parientes más próximos y después se lo repetirían personas queridas y cercanas en la emoción que la conocían bien . También podría ser un metáfora..."Te espera un gran corazón para llenar este vacío"...fuera lo que fuera seguro que había una predicción de futuro buena... era como volver a sus orígenes un volver a empezar de nuevo vaticinando algo positivo. Hizo una relajación y poco a poco fue eliminando todo lo que quedaba de negativo...todo hacia la mar...gaviotas que volaban se tiraban en picado  y  parecía que cogían uno a uno todos los restos de negatividad y lo llevaban más allá del horizonte y allí lo  iban expulsando .Por la noche cerró los ojos y visualizó la gran escultura acorazonada de dos rocas entre la  mar y la arena. Tuvo una sensación de plenitud, se abrazó, masajeó su cabeza y su pelo y se dejó ir entrando en la delicia de un sueño de lo más plácido  hacía   tiempo que no se sentía así de tranquila . Se sintió feliz y amada por ella misma y por la mar, también por las rocas y evidentemente por sus amigas que la habían acompañado en esta nueva cita después de cincuenta y cinco años( curiosamente el año de su nacimiento).  paseando y bordeando por la orilla donde rompían las olas  dio con una piedra que curiosamente   también  tenía forma de corazón, solo faltó  encontrar el mensaje en una botella de cristal...Una tarde con mucho encanto que no olvidaría jamás de los jamases.



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