miércoles, 30 de abril de 2014

Ritual de despedida

 
 
 
 
 

La gata maullaba , quería entrar en el armario a veces también maullaba delante de la ventana con rejas que había en el lavabo en la oscuridad de un patio de luces ,curiosamente sin luz. Había actitudes tan extrañas como contradictorias en la vida de los animales y también de la personas. El último día del mes de abril había decidido hacer un ritual de despedida para acabar con un sentimiento negativo que  estaba perjudicando su salud holística. Encendió una vela rosa, cogió una rama de tomillo y pensó en todas las cosas buenas que transmitía, en toda la gente que la quería y valoraba, en la luz y  energía propias y  de renovación. Se perdonó por no saber poner límites, por no saber decir no y por haber permitido un conjunto de vivencias injustas que la habían perjudicado seriamente  en muchas ocasiones en estos  últimos años, también por pensamientos que la atosigaban... Encendió las hierbas, un fuego rojizo duró pocos segundos ,guardó las cenizas en un recipiente de cristal, al día siguiente las depositaría allá donde rompían las olas en la orilla de la mar, en Sitges...y a través de estas palabras..." Agua bendita que todo lo quita, agua salada que todo lo lava"...  como  última despedida  ...Coincidiendo el inicio del mes de  mayo  se prometió a sí misma que cada día practicaría durante unos minutos el vacío mental, sabía que su corazón y su alma lo agradecerían para volver a poseer el equilibrio deseado, viviendo la tristeza con la serenidad de una  mujer sabia de sienes plateadas, en el tránsito de  la vida había muchas pérdidas y algunas eran necesarias para restablecer un orden de vida, sin contradicciones que tambalearan los biorritmos marcados por la edad y antetodo  por  salud.

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