Hay personas con una frescura tan distante en lo emocional que entran y salen como una corriente de aire en la vida de los otros. Rompen esquemas, equilibrios trabajados, soledades adaptadas, crean un desorden de horarios y de vidas dadas a la tranquilidad. En un principio la novedosa frescura da un vuelco al cambio y sorprende por la sensaciones dispersas que conllevan cuando se ha llevado un cierto orden rutinario, pueden llenarte todos los rincones de restos que han ido acumulando con sus idas y salidas. Al igual que entran, salen cuando el viento les favorece a otros lugares y otras gentes, arrasan según lo que más les conviene. Como cualquier corriente de aire también puede afectar al cuerpo pudiéndolo dejar con un dolor intenso en todos los músculos hasta el del corazón, pero nada grave, y no suelen quedar secuelas al poco más o menos de un tiempo prudencial según con quien dé y sienta, una se recupera y eso sí, después hay que tener la precaución de tener las puertas bien cerradas. Con una corriente de este calibre, si tienes cierta edad, puede ser peligrosa para la salud holística...¡¡cuidadín, cuidadín!! que las corrientes suelen ser momentáneas, no duran, pero sus consecuencias pueden ser perjudiciales y la frescura del momento no llega a compensar, porqué siempre barren según su propia conveniencia...Si se os ocurre preguntarles por la implicación, responsabilidad, emociones o compromiso. Os diran ¿ Cómo?...¿ Qué?... con este vendaval no se oye nada ...Ciaoooo!!! y se quedaran tan anchas, como si nada hubiera ocurrido.
jueves, 17 de abril de 2014
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