Todo pendía de un solo hilo que mantenía a la marioneta en plena actuación, era la última parte antes de que bajara el telón. Las miradas estaban pendientes de la mano de quien movía la protagonista de madera con todos los hilos despegados. El último movimiento dependía de una afirmación o negación...Hubo un gran silencio en la sala...el hilo se rompió y el final quedó en suspenso.
La marionetista, con su títere en el suelo desconsolada se despidió con lágrimas en los ojos, era la última posibilidad de seguir actuando... el público decepcionado no aplaudió y al salir cada uno fue a pedir la devolución del precio pagado.
Detrás del telón se visualizaba la figura de dos sombras una lloraba la otra parecía el reflejo de una muerte anunciada a pesar de no tener vida propia.
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