Le costaba mucho pedir y ante una injusticia se rebelaba a través de la palabra acompañada de una gran indignación manifiesta. Había confiado demasiado y pesar que tenía motivos sobrados para no hacerlo, cayó en picado de nuevo. Pensando en la situación vivida le vino a la memoria su querido padre y entre otras cosas se asemejaban en cuanto a la honestidad y al orgullo también en cuanto aficiones . Su padre era un pintor de la antigua escuela era muy buen profesional reconocido en su barrio y en otras partes de la gran ciudad. Un día un cliente vecino y por lo tanto conocido, no le quiso pagar lo que habían acordado anteriormente y su padre dijo que si no pagaba lo que el creía justo no cobraría ,pero a esta persona nunca más le dirigiría la palabra, para él este era el peor de los castigos, y así lo hizo, estuvo un tiempo muy dolido, indignado y triste por la injusticia y sobretodo por la falta de valoración reconocida, tanto como persona honesta como profesional.Nunca jamás le dirigió ni la palabra ni el saludo. Ahora ella pensaba hacer lo mismo que su antecesor, ante el engaño y la falta de pago de lo acordado la desconfianza había descendido tocando fondo, pensó que la última oportunidad de cruzar alguna palabra en un tiempo remoto se había acabado definitivamente, tenía muchos motivos para ello, muchos, tantos como nunca los había tenido en su vida era una situación tan desfasada como increible . La cantidad era insignificante respecto a la deuda simbólica que era muy elevada, era más que nada la falsedad, y lo inexcusable de quien no merecía ni tan siquiera el desprecio.
martes, 3 de junio de 2014
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