miércoles, 11 de junio de 2014

Algo Kármico

 
 
 
El gato que ella no había elegido y vivía en casa otra vez tuvo que llevarlo de urgencias al veterinario. Parecía algo kármico. Llevaba una racha extraña, quizá por haber contradecido su intuición primera  y le estaba pasando cuentas, era algo que le venía a  la mente últimamente para entender lo incomprensible. Ahora miraba al gato, jugaba, se le veía feliz y se paseaba por medio de sus piernas y con la cabeza le rozaba uno de los píes, ella lo interpretaba como una muestra de agradecimiento y en el fondo la hacía sentir bien, siempre le había ocurrido, le gustaba hacer cosas por los demás y se complacía por ello. Ahora la responsabilidad era solo suya a pesar de un inicio haberlo compartido con quien lo había elegido. Le vino a la mente la imagen de un anuncio publicitario de un perro mayor abandonado en la carretera y debajo unas palabras " No lo abandones, él nunca lo haría". Había gente para todo y la vida era así, no se sabía si por los genes, destino o ves a saber qué. Ella tuvo una abuela que tenía la misma sensibilidad respecto los animales, los cuidaba, alimentaba y no permitía que nadie les hiciera daño, curiosamente la información que tenía de la misma parentela  de quien había elegido el gato era todo lo contrario. Este año tocaba austeridad y restricciones económicas sin vacaciones ni viajes, no se asustaba por ello, sabía adaptarse a las circunstancias pero algo kármico había sucedido  en los dos últimos años  que se había sobrepasado llevando un ritmo que no le correspondía y gastó demasiado. No supo hacerlo bien y salió perdiendo de todas todas. Ahora esperaba saldar este período para soltar amarras y vivir a su ritmo y en paz, eso sí, con la conciencia bien tranquila y a sabiendas que todo eran etapas y que los actos tenían sus transcendencias, tarde o temprano todo se ponía en su lugar y como el efecto de  un búmeran toda acción tenía su retorno, buena o mala, la tierra era redonda y no había esquinas donde esconderse. El gato volvía con sus correrías y juegos y esto la entretenía, la evadía de otros pensamientos de inconformidad e injusticia que andaban divagando en la mente dando tumbos a pesar que hacía lo imposible para olvidarlos, era algo demasiado profundo y sabía que era cosa de tiempo.

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